miércoles, 29 de abril de 2009

Agosto de 1954: El General Perón devuelve al Paraguay los trofeos de la Guerra de la Triple alianza

Coincide el viaje de Juan Domingo Perón a Paraguay con la asunción del general Alfredo Stroessner como presidente. Este último, había participado activamente en el golpe de estado contra Federico Chaves del Partido Colorado (donde militaba también Stroessner). El Partido lo eligió candidato a presidente y el 11 de julio de 1954 ganó las elecciones. Pueden verse los diarios del domingo 15 y lunes 16 de agosto (Hemeroteca El Litoral)
Debieron pasar 84 años para que un gobierno argentino hiciera un reconocimiento institucional. Recién en 1954, el Presidente Juan Domingo Perón devuelve en un acto solemne y emotivo en Asunción, los trofeos de guerra (…) En su mensaje señaló: "Vengo como un hombre que viene a rendir homenaje al Paraguay en el nombre de su sagrado Mariscal Francisco Solano López y hago llegar el abrazo del pueblo argentino a esta Patria tan respetable y tan querida. En nombre de esa amistad y de esa devolución del pueblo argentino, pongo en manos del mandatario de este pueblo, como las reliquias, el testimonio de nuestra hermandad inquebrantable".
El acto cumple una justicia histórica: las banderas de guerra del Paraguay deben tener su descanso eterno en suelo guaraní, en la misma tierra donde hoy yacen sepultados el millón de muertos que se cobró la guerra más infame que nuestra patria contempló.

En La Guerra de la "Triple Infamia" y el genocidio del pueblo paraguayo
El 15 de Agosto de 1954 cuando en viaje presidencial, el Teniente General Juan Domingo Perón se trasladó a Asunción y, en nombre de nuestra Patria, devolvió los trofeos que las tropas mitristas profanaron en la aniquilada tierra paraguaya.

En aquella jornada, Perón dijo unas elocuentes palabras donde, aparte de revalorizar a los héroes y defensores de la soberanía de aquél país, también se auguró por el afianzamiento de la unión fraternal entre Argentina y Paraguay. El discurso fue publicado íntegramente por "El Tranviario Automotor", publicación de la UTA (Unión Tranviarios Automotor), de Septiembre de 1954, Nº325. Algunos párrafos son los siguientes:
(...) "Vengo personalmente a cumplir el sagrado mandato encomendado por el pueblo argentino, de hacer entrega de reliquias que aspiramos sellen para siempre una inquebrantable hermandad entre los pueblos y entre nuestros países.
"No podría cumplir cabalmente ese mandato sin hacer presente en esta circunstancia nuestro júbilo y nuestro agradecimiento a la Providencia, que nos permite llegar a esta tierra de soñadores y de patriotas para ofrecerle lo más sagrado que tenemos en nuestra Patria: nuestra amistad y nuestro corazón.
(...) "Representamos a un pueblo que se llama a sí mismo justicialista. En nombre de esa Nueva Argentina, con la que soñamos y para la que forjamos todos los días nuestro destino. En nombre de esa Nueva Argentina que ha reivindicado la justicia para sí, queremos reivindicarla también para todos los hombres de la tierra, alentados por el sentido cristiano de nuestro pueblo y de nuestro pais. Y agradezco a Dios, fuente de toda razón y de toda justicia, que me ha permitido en este día, invocándolo desde lo más profundo de mi alma, llegar hasta aquí no como portador sino como un hombre que viene a rendir homenaje al Paraguay, homenaje que en estas circunstancias tengo el insigne honor de rendir en el nombre sagrado del mariscal Francisco Solano López.
"Cumple al honor, a la justicia y a la grandeza de los pueblos y de los hombres rendir homenaje a los héroes que han sabido sacrificarse por la felicidad y por la grandeza de su patria...".
Y más adelante se referirá al reloj de oro que perteneció al entonces presidente Solano López y que le fuera quitado por las tropas brasileñas en Cerro Corá el 1º de Marzo de 1870, una vez que lo ultiman. El ejército del Imperio del Brasil se lo ofreció como "premio" a la Argentina por haber invadido el Paraguay federal e industrial. Juan Domingo Perón dijo lo que sigue:
"He querido, también, traer una prenda de uso personal del mariscal para entregarla yo mismo en forma que patentice nuestra admiración por él: es su reloj de oro, que pongo en manos del Excelentísimo señor presidente, rogando a Dios que él marque horas felices al pueblo paraguayo y dé grandeza a la nación hermana".
En 1º DE MARZO DE 1870: FINALIZACION DE LA PERVERSA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA
El 15 de agosto de 1954, el entonces presidente argentino, devolvía al pueblo hermano del Paraguay los trofeos de la Guerra genocida de la Triple Alianza. Aquellos que el miserable e inolvidable Bartolomé Mitre cosechara con su ejército de muerte, a costa de la sangre de millones de hermanos latinoamericanos, incluyendo, claro, la derramada por los pobres paisanos del Litoral y el Noroeste Argentino, que eran llevados engrillados y golpe de látigo al frente de batalla. “Vengo personalmente a cumplir el sagrado mandato, encomendado por el pueblo argentino, de hacer entrega de reliquias que aspiramos sellen para siempre una inquebrantable hermandad entre nuestros pueblos y entre nuestros países”, dijo el general ante la muchedumbre.
Aquella guerra vergonzante, que tuvo a Argentinos, Uruguayos y Brasileros sometidos bajo el dominio del Imperio Británico, puso fin al proyecto mas avanzado y justo de toda la historia de América Latina. El Paraguay era entonces el país mas avanzado en materia de infraestructura, justicia social y desarrollo productivo. El Paraguay de la década de 1860 era un ejemplo - intolerable para la serpiente británica- de que se podía evolucionar y progresar sin "ayuda" de capitales ingleses, con un fuerte proteccionismo estatal y basándose en el trabajo y el ahorro nacional. Cuentan amigos formoseños, que en aquel entonces los soldados "fueron a conocer lo que era el tren al Paraguay".
Por eso la devolución de aquellos innobles e ignominiosos trofeos, que llevaban el estigma glorioso e indeleble de la sangre hermana, constituye un motivo de orgullo para todo Argentino comprometido con la unidad Latinoamericana.
En Recuerdos del General

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